Margarita Belandria
No hay otro verbo en la lengua
castellana que nos dé tantos quebraderos de cabeza como el verbo “haber”. Este
verbo deriva del latín “habēre”, cuyo significado —en latín— es “tener”.
Conocer el uso correcto del verbo haber no es tarea que se pueda
emprender casuísticamente. Ninguna disciplina se puede aprender así. Toda
ciencia tiene unos principios generales y fundamentales que orientan y
posibilitan la explicación de lo particular.
Quien esté en posesión del porqué
de un determinado conocimiento, estará en capacidad de discernir el cómo, el cuándo y el dónde.
En realidad, las dificultades que suelen
presentarse con el uso del verbo haber provienen de que este verbo se usa en
castellano con tres funciones distintas: 1) como verbo transitivo, 2) como
verbo impersonal, 3) como auxiliar en los tiempos compuestos.
1) “Haber” como verbo activo y
transitivo, cuya significación es la de “tener”, “obtener” o “poseer”. En este sentido reza el adagio popular que
“lo mal habido se lo lleva el diablo”.
Con este significado de “tener” el verbo
haber fue profusamente usado —con todos sus accidentes— a través de la historia
del habla castellana y ampliamente registrado en obras literarias (leyes y otras
materias), como puede verse en el Libro de buen amor de Juan Ruiz, el arcipreste de Hita: “…el mundo por
dos cosas trabaja: la primera, por haber mantenencia;
la otra cosa era por haber juntamiento con fenbra plazentera”. En el curso del tiempo
fue decayendo este uso al extremo de que en la actualidad solo se conservan
algunas de sus formas, especialmente en lenguaje jurídico. Así, el participio
pasivo “habido” se usa en expresiones como “los hijos habidos en el
matrimonio”, “los bienes habidos en la sociedad conyugal”, etc. El participio
activo “habiente”,
generalmente se usa para la formación de términos como causahabiente,
derechohabiente que son dos manera de designar a la persona que tiene derecho a
adquirir de otra (llamada causante) un derecho o una obligación. También el
infinitivo haber se usa en expresiones tales como “el haber intelectual”, “el
haber espiritual”, “el haber cultural”; esto es, el conjunto de valores,
conocimientos, etc., de una persona o de un pueblo. Fuera de las formas
señaladas, el verbo haber como verbo transitivo ha caído en desuso en nuestro
idioma.
2) “Haber” como verbo impersonal. “¡Hay
amores que matan!”
Como verbo impersonal, tiene una leve
denotación de presencia, existencia, situación o acaecimiento, análoga a la que
corresponde a los verbos “ser” y “estar”. Al igual que todo verbo impersonal (nevar,
llover, tronar, amanecer, etc.), en uso estrictamente gramatical, es intransitivo
y defectivo. Intransitivo porque su acción no recae sobre nada y por
consiguiente carece de complemento directo la oración que lo contenga.
Defectivo porque carece de todas sus conjugaciones.
El verbo haber como impersonal no se usa
en plural, sólo se conjuga en tercera persona del singular de todos los modos y
tiempos verbales. Es por ello que en este caso son incorrectas las formas:
habían, hubieron, hubieran o hubiesen, habrían, hayan, habrán, habemos, etc.
Veamos los siguientes ejemplos con sus respectivas correcciones entre
paréntesis: “habían muchos alumnos en el aula” (“había muchos”), “hubieron
fiestas” (“hubo fiestas”), “para que no hubieran reclamos les dio a todos
inmerecidas calificaciones” (“para que no hubiera”), “si hubiesen inconvenientes,
avísame” (“si hubiese inconvenientes”), “para que no hayan problemas” (“para
que no haya”), “habrán sanciones para los que incurrieron en fraudes” (“habrá
sanciones”), etc. Las expresiones: “habemos muchos que no somos idólatras” o
“habemos pocas personas aquí”, se resuelven con el verbo ser o estar (“somos
muchos”, “estamos pocas”).
Debido a que la mayoría de la gente
aprende a detectar de manera casuística las formas incorrectas del verbo haber más
conocidas, se cuidan bien de usarlas; sin embargo, suelen decir, por ejemplo,
“habíamos allí unas doscientas personas”, “con más educación habrían menos
crímenes”, “pronto habremos tantos en el planeta que la vida se tornará insostenible”,
“por si hubiesen dificultades”, “traiga todas las flores que hayan”, formas
estas igualmente incorrectas por la misma razón ya explicada.
3) “Haber” como verbo auxiliar en los
tiempos compuestos.
En esta función de auxiliar para la
formación de los tiempos compuestos se nos presentan dos situaciones distintas
con el verbo haber: 3.1) como auxiliar de otros verbos, 3.2) como auxiliar del
mismo verbo haber.
3.1) Con la función de auxiliar de otros
verbos, el verbo haber entra en la formación de los tiempos compuestos y se usa
en todos los modos, tiempos, números y personas. En esta función de auxiliar de
otros verbos sí son correctas las formas: habían, hubieron, habrán, habrían,
hubieran (o hubiesen). Ejemplos: “habían
llegado las horas del dolor infame”, “una vez que hubieron descansado, emprendieron
el largo viaje”, “cuando el médico venga ya se habrán muerto los enfermos”, “habrían
aprobado el curso si hubiesen estudiado”, “es muy loable que hayan razonado”,
etc.
3.2) Como auxiliar del mismo “haber”. En
este caso no se usa nunca en plural. O dicho de otro modo: si el verbo haber es
auxiliar de un verbo haber, entonces se usa solamente en singular; por ejemplo:
“ha habido muchas penurias en los últimos tiempos”, en vez de “han habido muchas
penurias en los últimos tiempos”, “¿habrá habido buenas intenciones en eso?”,
en vez de “¿habrán habido buenas intenciones en eso?”.
Para concluir, es aconsejable tener en
la memoria la siguiente regla que sirve para todos los casos: «el verbo haber
se usa en plural únicamente cuando es auxiliar de cualquier otro verbo que no
sea el mismo verbo haber».
Publicado en el Suplemento Cultural del
diario Puntal. Río Cuarto (Córdoba-Argentina) 13 de mayo 2020.